Empezábamos 2020 con muchos objetivos en turismo. España seguía siendo de los países más visitados de todo el mundo y la competencia (Turquía, Grecia e Italia), aceleraba a un ritmo menor del esperado. Había opciones de soñar por todo lo alto.
Luego apareció el coronavirus y todo cambió. De buscar el éxito, ahora se anhela la supervivencia y el sector turístico es uno de los que lo tienen más difícil.
Huelga decir que las pérdidas económicas ya son millonarias. Pese a ello, hay que seguir luchando y el marketing tiene suficientes armas como para afrontar bien este complicado verano y también el resto de 2020.
Estas son las estrategias más adecuadas para estos tiempos convulsos, con los que las empresas de turismo pueden tener opciones de remontar el vuelo.
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Fomentar el turismo rural
El turismo rural o turismo de interior va a ser el que mejores opciones tenga de conseguir reservas.
Sobre todo dentro de una misma provincia, una casa en el campo o en la montaña ofrece la opción a familias y amistades de reunirse libremente tras varios meses de confinamiento.
Las casas rurales se benefician de múltiples rutas de senderismo, con las que incentiva el disfrute del aire libre, un bien que se ha convertido en auténtico privilegio para unos pocos y que, en medio del monte, puede disfrutarse las 24 horas del día.
Motivar una conexión con la Naturaleza
Para muchos esta pandemia ha sido un enfrentamiento directo contra la Naturaleza. Mientras el ser humano permanecía recluido en sus casas, los animales y las zonas verdes crecían imparablemente y sin riesgo.
Las vacaciones nos dan la oportunidad de reconectar con la Naturaleza y volver a sentirse parte de ella.
Aquí lo cierto es que el turismo de interior vuelve a erigirse como prioritario, pero en realidad cualquier destino alejado de la ciudad puede servir para este fin.
Si, además, se une el paquete vacacional con excursiones y experiencias relacionadas con la Naturaleza, el atractivo turístico que ganará será mucho mayor.
Explotar las promociones más agresivas
Es una crisis. Quizás no a nivel económico tan grave como otras anteriores, pero el presupuesto familiar se ha visto irremediablemente afectado.
El turismo siempre se presenta como un gasto secundario, por lo que su atractivo debe ser alto. Ahora más que nunca.
Es el momento de promociones agresivas, con grandes descuentos, con estrategias que motiven una afinidad más allá de este verano. No habrá mejor ocasión para las ofertas más llamativas que pueda aprovechar el sector.