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La frase “bueno, bonito y barato” ha hecho más mal que bien al marketing en todos sus ámbitos. Se le relaciona conceptos como “fraude”, “timo”, “mentira”… No hay teóricamente nada bueno, bonito y barato si la competencia ya ha sacado un producto bueno y bonito, pero muy lejos de ser barato. La estrategia de marketing para vender algo que es, al menos, igual de bueno que la competencia, pero puedes ofrecerlo a un precio mejor, es más complicada de lo que cabría pensarse. Antes que nada hay que ganarse la confianza de los potenciales clientes. La mejor manera de hacerlo es con humildad.
Ponemos como ejemplo a la empresa Xiaomi Inc. de origen chino, que ha esperado a que casi terminase el Mobile World Congress para presentar su modelo de smartphone Mi5, que cuesta 300 euros. Sus rivales, pese a que pueda parecer cosa de broma, son el Samsung Galaxy S7 y Apple iPhone 6S, que cuestan 3 veces más.
La primera nota de humildad ha sido la de no retar a sus grandes competidores a primera hora del congreso. Ha preferido llegar sin hacer ruido y presentarse de forma posterior, con respeto por sus rivales y pidiendo tranquilamente la atención del público en base a un producto que saben que está a un precio mayor en el mercado.
Las prestaciones del smartphone Xiaomi Mi5 no vamos a detallarlas en este artículo, valga decir que, efectivamente, pueden rivalizar con la gama alta del mercado y no salir humillado ni avergonzado, sino más bien ganarles en su propio terreno con algún que otro truco que se saca de la manga. Obviamente no tiene la gestión de usuarios de Apple ni la extremada fiabilidad de Samsung, pero a pesar de ello posee suficiente potencial como para desbancarles próximamente del liderato mundial.
La gente de Xiaomi, en lugar de optar por una estrategia de marketing agresiva, ha preferido dar valor a su producto. Las reviews se suceden, junto a análisis, críticas, estadísticas… En la empresa china están convencidos del producto que han creado y, para sorpresa d todos los profesionales del sector, esta confianza no era ningún farol sino que ciertamente es un móvil superior a muchos otros de la competencia e igual de potente que el resto de la gama alta.
El siguiente paso para Xiaomi es un ejercicio de marca, de estatus y de reputación, para que se vincule a los clientes su móvil como el hecho de “llevar un iPhone” o “tener un Galaxy”. El objetivo debe ser que “mirar mi Mi5” sea una frase que genere los mismos o superiores sentimientos que sus rivales.
