El marketing ofrece estrategias promocionales con un alto potencial de efectividad. Algunas de ellas son innovadoras, otras absolutamente atemporales.
Lamentablemente también las hay que no son rentables por la metodología escogida. Lo más sorprendente es que algunas empresas siguen cometiendo errores de los que debe aprenderse, para evitar un absoluto desastre.
Recopilamos los 3 errores que siguen cometiéndose, pese a haber demostrado sus negativas consecuencias.
En este artículo encontrarás
Una estrategia de marketing global masificada
Hay que poner límites a las estrategias de marketing y, además, dejarlos accesibles desde el mismo inicio de la campaña.
Muchas empresas han querido llegar al mundo entero, con campañas de marketing que prometían beneficios a los clientes, para luego tener que reducir las expectativas e incumplir sus promesas.
El resultado ha sido una falta de credibilidad total en la compañía y la pérdida efectiva de clientes y, en consecuencia, de ingresos.
Una estrategia de marketing que no respete la sostenibilidad
El mailing postal sigue practicándose y, en algunos casos concretos, consigue un éxito relativo gracias precisamente a vincularlo con la sostenibilidad.
Sin embargo, las promociones basadas en impresión masiva de papel no son bien recibidas para casi nadie. En su lugar, las campañas promocionales digitales pueden llegar a mucha más gente y no presentan ningún conflicto con el compromiso medioambiental.
Es más, la mayoría de empresas se vuelca en una campaña completamente al contrario. Abandona progresivamente el uso de papel, para promocionar su compromiso con la sostenibilidad y así mostrar una imagen de la compañía que es mejor acogida por los usuarios. Es el denominado marketing verde, que aprovecha la sostenibilidad como factor promocional.
Ausencia de calidad en la campaña
La calidad de una campaña publicitaria se mide principalmente de dos formas. La primera como calidad estándar, es decir, en base al sector al que pertenece a qué nivel de calidad se ha llegado con inversiones anteriores.
Por otro lado, se valora la calidad adaptada, es decir, la tecnología y materiales utilizados para adaptar el contexto de la campaña.
Un spot publicitario basado en los años 70 puede perfectamente mostrar una adaptación de la calidad de la época, pero esto no refleja mala calidad de la campaña sino todo lo contrario.
El error de muchas empresas es no invertir en calidad y sí hacerlo en otros factores como duración o alcance. La calidad hoy en día es fácilmente identificada por los consumidores, por lo que cualquier atisbo de menor inversión de la debida, será caldo de cultivo para una crítica negativa.