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¿Sobreviven los negocios clásicos a Internet?

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By 4 agosto, 2015 No Comments

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Con la Revolución Industrial aprendimos que en un cambio radical que afecte a uno o todos los sectores comerciales, las únicas alternativas son renovarse o desaparecer. Internet ha sido una nueva revolución y ha afectado a un gran número de empresas y negocios, haciendo que muchos de ellos desaparezcan. No obstante, no todos han cedido a la presión y algunos han sabido renovarse, con mayor o menor éxito. Algunos de estos negocios que han sabido mantenerse a flote, son de los clásicos, con 50, 75 y hasta más de 100 años de antigüedad.

 

Uno de estos negocios ha sido el de las enciclopedias. La llegada de Wikipedia, una enciclopedia virtual creada por todos los usuarios de Internet, fue un mazazo terrible para este tipo de publicaciones, como la enciclopedia por fascículos de Espasa.

La empresa, propiedad ahora del grupo Planeta, sigue sobreviviendo en la era de Internet y tiene un principal argumento a su favor, que es la cantidad de errores y ausencias de Wikipedia. Mientras Espasa cuenta con profesionales de diversos ámbitos para crear su contenido, de pago obviamente, Wikipedia está literalmente al alcance de cualquier persona con espíritu de editor.

Sin embargo, más que enciclopedias digitales, Espasa se centra en nichos informativos relacionados, como proyectos educativos o colecciones de arte. El valor informativo y la calidad de su contenido contrasta claramente con la popularización de lo que Wikipedia ofrece a los usuarios.

Los diccionarios de Vox y Larousse son también otro ejemplo de cómo negocios clásicos siguen manteniendo cifras de beneficios, pese a que su estatus anterior ni lo han conseguido recuperar ni, probablemente, lo hagan nunca. En el caso de este tipo de productos, las empresas lo que hacen es vincular códigos para consumir la información digital relacionada con la ofrecida de forma física.

Obviamente también se basan en ofrecer información por Internet. Para ello han realizado colaboraciones con algunas páginas web que, como Diccionarios.com, tienen decenas de millones de visitas, casi 1 millón de usuarios únicos al año.

Cabe destacar, sobre todo, el espíritu de supervivencia de algunas empresas como las destinadas a venta por catálogo. A mediados del siglo XX y hasta aproximadamente los años 80-90, los buzones se llenaban además de con facturas y publicidad con catálogos impresos de productos de todo tipo. Algunas de estas empresas tuvieron que cerrar, mientras que otras optaron por volcar todo su esfuerzo a un catálogo online igual o más atractivo todavía y esperar equiparar ventas con una disminución abrupta de costes, al prescindir de call centers y distribución de los catálogos en papel. Lejos de desaparecer, han sabido adaptarse.

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