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Si no puedes con tu enemigo alíate. Si tampoco puedes, cópialo.

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By 26 agosto, 2016 No Comments

LifeStage

Facebook es una de las empresas que más ha seguido la pauta últimamente de alianza con aquellas empresas con las que no puede competir. Una de las más conocidas operaciones los últimos años ha sido su adquisición de Whatsapp, que ahora mismo está a punto de rentabilizar mediante la comunicación oficial del sistema de mensajería instantánea con locales comerciales de manera oficial.

Otra de las operaciones más conocidas, aunque no por su consecución efectiva, sino por el claro fracaso que supuso para la compañía de Mark Zuckerberg fue el intento de compra de Snapchat por 3.000 millones de dólares.

Por un lado podría considerarse que el rechazo a esta oferta fue todo un logro para la compañía, que no ha parado de crecer en tiempo de uso y en cantidad de usuarios y cuya revalorización ahora mismo se calculo en torno a los 20.000 millones de dólares.

Sin embargo, también es posible adoptar otro punto de vista y es el que la compañía propietaria de Facebook ha esgrimido desde el fatídico NO de la compra de Snapchat. Como era lógico, si el enemigo no les dejó unirse a ellos, la única salida que le quedaba era la de la competencia.

Y lo cierto es que en marketing forzar la competencia no siempre es una buena idea. En el caso que tratamos en estas líneas, cuando la compañía rival es Facebook, claramente forzar la competencia no es ni de lejos un acierto estratégico.

Como era de esperar, Facebook ha lanzado la contrapartida a Snapchat y, aunque tiene mucho terreno que recuperar, lo cierto es que sería una de las pocas veces en las que Facebook no acierta en su estrategia de marketing.

Para empezar, ha volcado todo el potencial de la red social hacia el contenido audiovisual, manteniendo así su estrategia máxima de que el vídeo es el futuro (con el respeto merecido de la realidad virtual) y todos los perfiles en su red social recién inaugurada para menores de 21 años, Lifestage, precisan no de una foto de perfil, sino de vídeos de presentación.

Además, cuantos más vídeos, más reputación se consigue y, por tanto, más visibilidad. Es como si Facebook hubiera sabido identificar sin problema los deseos de los adolescentes estadounidenses actuales, dado que sólo se limita de momento a esta zona del mundo, y hubiera sabido cómo concentrarlos en una red social exclusiva y muy limitada con respecto a otras alternativas del sector. Una apuesta arriesgada, pero también muy ofensiva, que podría darle un triunfo inolvidable sobre Snapchat.

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