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Este miércoles 21 de octubre será recordado ya no sólo por la legendaria hazaña de Regreso al futuro (por cierto, que en España la diferencia horaria sitúa la narración a la 1:29 de la madrugada del 22 de octubre de 2015). Hoy otro automóvil o, más propiamente dicho, la marca de automóviles Ferrari, se ha estrenado en Bolsa.
Se trata de un cambio radical en la gestión económica de la empresa italiana, que está actualmente en un proceso interno de separación sobre Fiat Chrysler que, teóricamente, se completa con esta salida a Bolsa, dado que desde ahora cualquier persona puede ser poseedora de una pequeña parte de la compañía.
Las acciones han salido a la venta por 52 euros la unidad, si bien en sus primeros minutos RACE (nombre que se le ha asignado a su identificación bursátil y que, curiosamente, significa en español “carrera”) ya había conseguido un incremento de su valor de un 15% hasta los 60 dólares por acción.
Tampoco hay que llevar a error, Ferrari sólo busca un cambio en la posesión económica de la compañía con el que afrontar nuevos retos para nuevas generaciones. El 80% lo sigue controlando el grupo FCA, un 10% se lo queda el hijo del fundador, Enzo Ferrari y el 10% es el que sale a disposición de los inversores en Bolsa.
Con esto se permite el privilegio de no tener que depender de sus resultados bursátiles para la toma de decisiones comerciales, sino más bien al revés, será la trayectoria de la empresa y su porcentaje de ventas y rentabilidad el que más impulsará o defraudará el valor de cada acción.
Un nuevo acierto de Ferrari
Quien crea que Ferrari va por el mal camino que levante la mano. Detrás de la estrategia de la empresa italiana se encuentra una poderosa maquinaria de marketing que acierta cada paso que da y en prácticamente todos los ámbitos. Desde el característico nombre de RACE hasta la independencia económica, parece que esta jugada le ha salido perfecta.
Lo mismo está sucediendo con sus exclusivos deportivos, que fabrica en ediciones limitadas y prácticamente se los quitan de las manos. Su carácter de “marca para unos pocos” se ha mantenido en un precio por acción al alcance de cualquiera, pero rentable sólo para unos pocos.
Tampoco era el momento más seguro para su inversión en Bolsa. Porsche y Volkswagen están pasándolo francamente mal con la crisis de reputación de la segunda, matriz de la primera. Pero Ferrar ha sorteado perfectamente esta situación y en la actualidad ha cobrado una fuerza que veremos hacia dónde conduce a la empresa italiana. De momento, pole para Ferrari en el siempre controvertido circuito de Wall Street.
