Dada la rivalidad existente en todo el mundo entre las dos marcas de Coca-Cola y Pepsi (no tan evidente a nivel comercial), hay una famosa anécdota que ejemplifica bien claro lo que es el marketing de ejemplo propio.
Se basa en qué sucedería si se viera a un empleado, sobre todo un alto cargo, de una de las dos empresas entrando a las instalaciones mientras disfruta de una bebida de la competencia.
Según la teoría, igual de contraproducente sería esta imagen, como de favorable la contraria. Es decir, que en el caso de que ese directivo debiera beber algún refresco, sin duda tendría que escoger el de su propia empresa, para aprovechar así todos los valores que ofrece, aunque sea desde su campaña publicitaria.
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Estimular las ventas con marketing de ejemplo propio
El objetivo que tiene el marketing de ejemplo propio es obviamente estimular las ventas. Ahora bien, hay muchas maneras de hacerlo. Una de las más eficaces es mediante el uso práctico fuera del proceso de compra.
Ikea es posiblemente uno de los mejores casos en los que se aplica esta estrategia. La compañía de venta de mobiliario tiene restaurante en sus instalaciones. Los clientes pueden parar un rato de hacer compras y disfrutar de la comida que hayan comprado.
Pero para hacerlo, tienen que escoger asiento y mesa en su zona de restaurante. Como es lógico, todas y cada una de las mesas y sillas están también dispuestas a la venta en su catálogo.
Es una forma indirecta e inmejorable, de que los clientes pueden descubrir cómo les sentiría comer y cenar en ellas estando en su propia casa. Así fomenta la conversión del producto, nada más el consumidor termina su comida.
Marketing de ejemplo propio en moda
Curiosamente la moda es uno de los sectores que más desaprovecha esta estrategia, cuando tiene todo el potencial para aprovecharla.
Los profesionales de tiendas de ropa suelen ir uniformados con un estilo que les permita destacar del resto de personas, para cualquier duda o consulta de un comprador.
En lugar de ello, se podría optar por ropa de la última línea lanzada, que en la actualidad se renueva con bastante frecuencia, para que los clientes puedan ver directamente cómo queda. La distinción de quién es empleado oficial podría realizarse de otra forma, sin menoscabo de la experiencia del comprador que está en la tienda.