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Los creadores de esta nueva modalidad de tiendas dicen que su objetivo es vender experiencias.
¿Qué son?, son pequeñas tiendas que aparecen en sitios inesperados por un corto espacio de tiempo, con una gran imagen creativa que nunca pasa desapercibida, tiene una orientación a lo exclusivo y aportan a sus visitantes una experiencia única.
Si vas por un lugar céntrico es posible que te cruces con una tienda pop up en un espacio donde antes no había nada, puede ser la playa, una autobús, una garaje, etc. en los sitios más insospechados. Se elige el mejor lugar que pueda reflejar el mensaje de la marca.
Según afirman, su principal función no es vender sino aportar una experiencia única al visitante que identifique con la marca que lo organiza.
Nos puede parecer algo muy novedoso pero si buscamos bien encontramos que en los años 50 ya existía un formato de tiendas similares, los llamaban entonces ‘happenings‘ y en este caso se interactuaba con los viandantes invitándoles a conocer esta improvisada experiencia.
Entre los más conocidos eventos de este tipo podemos hablar de Target que en 2003 instalo en el Rockefeller Center un tienda popup con obras de Isaac Mizrahi, luego realizo eventos similares en Times Square y el rio Hudson.
El conocido diseñador Custo Dalmau monto una tienda popup en Casa Batlló entro muchos otros evento destacados.
Esto le reporta a la marca Branding, que es notoriedad para la misma. Viralidad, que se consigue en el momento en que el usuario contento por esta gran experiencia lo cuenta en su círculo y estos hacen lo mismos. Todo por una inversión mínima. Las ventas que aunque en principio no son el principal objetivo, también se efectúan. Engagement que consiste en fidelizar al cliente dándole una sensación de familiaridad y bienestar relacionado con la marca.
