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La fidelización de los clientes es una parte imprescindible para potenciar las compras continuadas de bienes y servicios que ofrecemos a lo largo del año. Realizar esta fidelización mediante recursos digitales es lo más corriente hoy en día, sin embargo no es la única metodología existente y, de hecho, cuidar este aspecto offline, es decir, en la vida real, es de vital importancia.
El primero de los cuidados offline que debe mantenerse es el de las tarjetas presenciales o corporativas, donde es posible transmitirse la personalidad y estatus de una marca, además de servir como recordatorio al cliente de dónde puede adquirir los servicios y productos que se ofrecen por parte de la empresa.
Junto a ello, los catálogos y folletos periódicos siguen siendo un excelente recurso para dar a conocer novedades y ofertas de todo lo que está a la venta o disponible en este momento. En caso de contar con una oficina es primordial tener el mayor número presentes para la espera de clientes, así como contactos profesionales.
Del mismo modo, debe primarse la calidad de este tipo de productos promocionales, ya que en ella se va a transmitir el esfuerzo y la dedicación que la empresa dedica a todo lo que hace. Una importancia visible en las cosas desarrolladas para la propia empresa transmite sentimiento de seguridad y confianza que puede trasladarse en un futuro cercano a nuevas compras por parte del cliente.
Si los productos así lo permiten, el packaging es otro elemento indispensable para fidelizar a los clientes. Una vez realizan una compra, las bolsas corporativas ayudan a su transporte y, al mismo tiempo, son un recurso promocional constante que transmite de nuevo la calidad de aquello que se pone a la venta. Las bolsas más duras y resistentes transmitirán elegancia y acabados muy trabajados, mientras que las bolsas más flexibles pueden transmitir la necesidad de comprar un mayor número de productos.
Igual de importantes en la época de verano son los regalos promocionales. Con ellos no sólo se agradece la fidelidad del cliente, sino que se le premia con un recurso promocional. Una camiseta o un bañador permite que la marca de la empresa se vea durante todo el verano, mientras que un paraguas en zonas donde es frecuente la lluvia, podría ser un excelente recurso de marketing que, al mismo tiempo, aporta resguardo al cliente, algo que se trasladará cuando tenga que realizar una compra.
