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Lizarran es la franquicia de bares de tapas, pinchos y cañas referente para Comess Group. Su éxito está más que demostrado con más de 250 restaurantes abiertos en más de 15 países. La tendencia a disfrutar de las tapas no parece tener fin ni mucho menos límites geográficos. La empresa ha confirmado una expansión a nuevos 20 locales de forma internacional con Costa Rica, México, Estados Unidos o Italia como algunos de sus destinos prioritarios.

Una propuesta sencilla de gran elaboración

La propuesta de Lizarran puede parecer sencilla. Ofrece tapas y pinchos que se elaboran principalmente mediante la combinación de pan, comida y un palillo con el que sujetar estos elementos.

Tapas de Lizarran

Sin embargo, detrás de una aparentemente sencilla propuesta culinaria, hay una gran elaboración tanto estratégica como gastronómica, que sienta las bases del éxito de estos restaurantes.

A ella se le unen también elementos propios de la cadena de restaurantes de la franquicia, que se pueden identificar fácilmente en todos los locales abiertos bajo la marca Lizarran y que, obviamente, también intervienen en el éxito de la compañía:

  1. El factor económico en Lizarran

Una constante en buena parte de franquicias dentro del sector gastronómico es que, para poder ofrecer una mayor competitividad, su modelo de negocio culinario permite combinaciones de menús, comida y bebida o promociones que permiten disfrutar de la carta de una forma más económica que en otros sitios.

Lizarran, que además prioriza la combinación de tapa y caña como modelo culinario atractivo y, por tanto, prescinde de elaboradas degustaciones que elevan la cuenta final, se convierte así en una opción económica tanto para comidas como para cenas.

  1. La diversidad como base de repetición del cliente

Un restaurante es muy parecido a una aplicación descargable en nuestro smartphone. Que todo el mundo entre en él es un dato positivo, pero sin un regreso del usuario (lo equivalente a que se dieran de baja de la app), el restaurante termina cerrando.

Por esa razón se debe motivar siempre el regreso del cliente, que en la parte práctica equivale a la repetición de Lizarran como elección para disfrutar de un menú basado en tapas y pinchos.

Precisamente la heterogeneidad disponible en este tipo de producto es la que le permite disfrutar de la vuelta de comensales, que pueden escoger entre volver a disfrutar de la misma tapa que en su primera visita original o bien seguir descubriendo los sabores de su carta.

  1. Diversión en grupo

Otro de los motivos por el que un restaurante de tapas puede tener éxito se debe a que ofrece un entorno divertido y propicio para disfrutar en grupo. Tiene, de hecho, todos los elementos necesarios para ello.

Se combina una variada oferta gastronómica que pueda gustar a todos los comensales, un buen ambiente perfecto para disfrutar entre varios, así como una oferta gastronómica de calidad que satisfará las expectativas de los más exigentes del grupo.

  1. El componente tradicional

La dieta mediterránea es, en sí misma, un concepto de comida tradicional con siglos de antigüedad. En la actualidad su valor gastronómico está fuera de toda duda y los restaurantes donde se presenta una tapa, un pincho o cualquier elaboración basada en estas trascendentales recetas, como las sartenes de huevos rotos de Lizarran, adquieren un notable atractivo para cualquier cliente.

  1. La tendencia a comer sano

Otro valor intrínseco a la comida mediterránea es su valor saludable. Se considera que todos los alimentos incluidos en ella pueden contribuir a una mejor salud alimentaria.

En comparación a otras propuestas de restaurantes de diversa tipología, pocos ingredientes pueden presentarse de forma más positiva para la salud como el jamón ibérico, la tortilla de patata o los huevos fritos.

Todos estos alimentos son frecuentemente recomendados con una nota diferencial respecto a otras comidas, deben tomarse en pequeñas porciones o de forma esporádica, algo que la tapa representa de la mejor forma posible.

  1. Abarcar todo el mercado consumista

Un restaurante tiene una clientela selecta. Puede ser más atractivo para adultos, para grupos de jóvenes o apto para los más pequeños. Gracias a la heterogeneidad de las tapas, Lizarran es de los pocos restaurantes que puede encandilar las apetencias gustativas de cualquier edad.

Para ello incluye en su carta una mini hamburguesa, alejada de las tapas tradicionales mediterráneas, pero lo suficientemente atractiva como para que los más pequeños se sientan atraídos por ella.

Por otra parte, quienes busquen una propuesta más elaborada o alejada del embutido y comida tradicional, tiene también opciones como el salmón ahumado. El objetivo es poder abarcar todo el mercado posible.

  1. Apuesta segura en el extranjero

Lizarran igual abre un local en Miami que en Marruecos, Rusia o Chile. La fórmula de su local y su menú es absolutamente una apuesta segura para el franquiciado. Además del ambiente y el estilo de cada uno de los restaurantes internacionales actualmente abiertos, es la oferta de tapas y cañas lo que más llama la atención a la clientela extranjera.

El hecho de que la chistorra sea la tapa más solicitada en la franquicia en todo el mundo, demuestra el interés por la comida mediterránea en cualquier país, por tanto un menú en base a este tipo de comida se convierte en toda una apuesta segura cuando se quiere invertir en el extranjero.

  1. El branding

Por último, hay que reconocer el buen trabajo de branding en este caso. El branding es la identificación promocional de una marca en cualquier entorno donde aparezca, con el fin de que los clientes potenciales se sientan motivados a adquirir sus productos o servicios.

En el caso de Lizarran, el branding está compuesto por dos elementos, el propio identificador del restaurante y la tapa en sí misma. Todo el mundo reconoce el pincho o la tapa cuando la ve. En un menú de Lizarrán, todos los conceptos positivos ligados a este tipo de comida, son transmitidos desde la carta hasta el comensal que, de esta forma, adopta una actitud de afinidad hacia la marca.

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