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Los blogs son una de las herramientas de marketing más poderosas que existen en la actualidad. Comenzaron siendo la digitalización de las bitácoras tradicionales y con el paso del tiempo, los blogueros comenzaron a hablar de sus aficiones.
Una de las pasiones más utilizada en blogs es la moda. El sector, sin embargo, se ha convertido en uno de los más rentables. El bloguero comienza hablando de la ropa que está de moda, los estilos más atractivos, los usuarios comienzan a incrementarse considerablemente, los ingresos publicitarios ascienden, las empresas le dan prendas de prueba y, en poco tiempo, transforman ese blog en un modelo de negocio.
Para los blogueros, igual que para Google, el contenido es el rey. Pero para las empresas del sector los blogs son herramientas de marketing que no pueden ser desaprovechadas.
La relación entre estas empresas y los bloggers es de cuento de hadas. Ellos hacen toda la promoción y la gente compra las prendas de su marca. Sólo hay un problema, que no son exclusivos.
En este artículo encontrarás
Vogue carga contra los influencers de moda
Los blogueros que adquieren gran notoriedad son denominados influencers. Un solo tweet de ellos o ellas y millares de personas pueden comprar una colección de ropa o todo lo contrario, conducirla al fracaso más absoluto. Supone la estrategia de marketing más arriesgada de todas, dado que sin buenas críticas, el producto se hunde sin capacidad de contraatacar.
Pero a pesar de ello, las empresas insisten en invertir en ellos. Hay sin embargo un problema. Los medios de comunicación vuelven a quedarse fuera de la ecuación. Esto ha provocado la ira de la famosa revista Vogue, que ha cargado contra los influencers criticando su trabajo y motivándoles a dedicarse a otra cosa.
El inconveniente para Vogue es doble. Por un lado sus críticas no se sustentan sobre una base legal, sino que parece una queja sobre un modelo de negocio que atenta contra sus intereses competitivos. Esto ha motivado que los influencers puedan responder con toda la notoriedad que les caracteriza.
Por otro lado, Vogue sigue siendo leída por un gran público amante de la moda y esto ha motivado que sus críticas hayan sido reprobadas también por su propio público objetivo.
Al querer eliminar la credibilidad de la competencia, Vogue ha conseguido el resultado completamente a la inversa y ha avivado el encendido de la mecha que puede provocarle una crisis de reputación online.
