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El juego de Angry Birds es uno de los casos de éxito más sonados en la “breve” historia de los juegos para móviles, con el mérito de ser el nº 1 en descargas de la categoría freemiun. En total el juego se ha descargado 3.000 millones de veces, lo que motivó un crecimiento exponencial de la empresa Rovio Entertainment, la fabricación industrial de merchandising de todo tipo, así como la preparación de una película de animación todavía sin descargar.
El boca a boca fue una de las bases del marketing de uno de los videojuegos más disfrutados por usuarios de todas las edades. Era fácil, accesible, divertido y tremendamente adictivo. Contaba con todos los elementos para ser jugo del año, juego de la historia, el mejor en su especie.
Tras un lógico descenso de las descargas y, por tanto, de las ventas relacionadas con el juego (han caído los ingresos de la empresa un 9% y las ventas han descendido en torno al 43%), la jugada lógica era el lanzamiento de una secuela que consiguiera revitalizar la situación e intentar recuperar, cuando no superar, el éxito de la primera parte.
El lanzamiento de Angry Birds 2 tuvo una especial acogida gracias a una poderosa campaña de marketing en todos los ámbitos. Era casi imposible no saber que Angry Birds regresaba en una segunda parte esperadísima por todos los fans.
Pero pese a los 50 millones de descargas en el primer mes de lanzamiento, el juego no siguió la estela de su antecesor y en la actualidad está en el puesto 58 de la tienda virtual Apple en Estados Unidos y Rovio Entertainment ha anunciado el despido de 260 empleados por exigencias de recorte de plantilla.
Es posible analizar desde diferentes puntos de vista la explicación del fracaso de Angry Birds 2 y, en concreto, de Rovio Entertainment para intentar revitalizar un negocio que han expandido en exceso. Sin embargo, todos estos factores desembocan en una mala acogida por parte de los usuarios, que se traduce en una ausencia de “boca a boca” o, peor todavía, de una extensión de sus críticas a otros amigos y familiares, a los que se les termina desaconsejando su descarga.
En este sentido, Angry Birds 2 ha fracasado por la misma razón que su primera parte consiguió el éxito. La gente o no habla de él o lo hace de forma negativa, sin que la apuesta por el marketing inicial haya servido más que para un tímido despegue hacia ninguna parte.
